En un impresionante trabajo de investigación, el diario The Washington Post desvela una tupida red de corrupción que favorecía el comercio descontrolado de opiaceos y en la que se han visto envueltos un buen número de congresistas, los lobbies farmaceuticos y hasta la propia D.E.A.

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En un impresionante trabajo de investigación, el diario The Washington Post desvela una tupida red de corrupción que favorecía el comercio descontrolado de opiaceos y en la que se han visto envueltos un buen número de congresistas, los lobbies farmaceuticos y hasta la propia D.E.A.

Merece la pena leerse el artículo completo, que demuestra hasta que punto es importante contar con una prensa libre en un estado de derecho, pero si por la razón que sea no se tiene ocasión, podría simplificarse como sigue:

1.- Los lobbies farmaceuticos pagan comisiones millonarias a un buen número de Congresistas sin escrúpulos, para que influyeran en la D.E.A. y consiguieran que ésta y el Departamento de Justicia de Estados Unidos cambiaran de parecer sobre las restricciones a la comercialización de medicamentos contra el dolor con base opiacea. Fundamentalmente Vicodin (la droga de nuestro querido Dr. House) y Oxicodona. Que han estado dispensándose incontroladamente a la población y, a la par que millonarios beneficios para las empresas fabricantes, han causado una auténtica epidemia con más de 200.000 muertes desde el año 2000.

2.- Tras una minuciosa investigación, periodistas de The Washington Post y 60 Minutes, publican datos de las comisiones pagadas y fuerzan una cadena de dimisiones al más alto nivel.
 

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J.F. Ruiz
Abogado